El noviazgo en secundaria, uno de las situaciones que la gran mayoría de los padres de familia buscan evitar en sus hijos por medio de prohibirles que tengan novio. Sin embargo, todos sabemos que a menudo, prohibirles el noviazgo a nuestros hijos sólo fomenta que muchos adolescentes vivan esta primera experiencia a escondidas de sus papás. Incluso, hoy en día existe un término llamado “quedante”, que consiste en que la parejita tiene los mismos derechos sexuales que el noviazgo tenía años atrás, sólo que aún no son novios. “Es para no tener una relación tan comprometida”, me han explicado varios alumnos de secundaria. El término “quedante” también está siendo aprovechado por los jóvenes, para tener sus primeros acercamientos sexuales sin tener que romper la regla de casa que dice: “No puedes tener novio”.
Algunas alumnas me han dicho que solo tienen quedantes porque sus mamás les prohíben el noviazgo. Y así, si sus papás les preguntan si tienen novio, ellas dicen que no sin mentirles en su cara. Sin embargo, en mi experiencia de trabajar por más de 15 años con adolescentes, he podido observar que a menudo tener un “quedante” genera más confusión y dolor en los jóvenes. Sobre todo, cuando están en la adolescencia temprana, porque tiende a haber menos respeto, comunicación y verdadero entendimiento sobre el significado de la relación. Es decir, algunos jóvenes con los que he hablado, consideran que el “quedante” tiene derecho a tener varios quedantes a la vez. Lo que significa que tienen permiso de tener contacto sexual con varios al mismo tiempo. Y otros alumnos me han asegurado que no. Que tener un quedante significa tener un amigo que le gustas y que te gusta, pero que no es tu novio todavía. Y que con él o ella tienes derecho a tener ciertos acercamientos sexuales. Pero que una vez que tienes “quedante”, no está bien estarse besando con otros. Tomando en cuenta todo lo que me dicen mis alumnos y los jóvenes con los que convivo, he comprobado que los límites y el significado de tener un quedante, aún están más borrosos que los límites y el compromiso del noviazgo, debido a que es un término relativamente nuevo y al parecer, cada quien entiende lo que considera correcto.
De ahí que muchas relaciones de los jovencitos de secundaria, estén promoviendo quizás más dolor y confusión que en generaciones anteriores. Dicho de otro modo, si por si solas las relaciones de pareja requieren de comunicación, respeto, compromiso y responsabilidad. Imagina lo que sucede con los jóvenes en secundaria, ahora que existe menor claridad entre estas nuevas etiquetas de pareja. Y agreguémosle a todo lo anterior, el incremento en los porcentajes de confusión respecto a la orientación sexual que se presentan en nuestros días (esto último es por sí solo, todo un tema para una publicación posterior).
Mi intención con esta publicación no es debatir si está bien o mal prohibirles el noviazgo a nuestros hijos, o si está bien o mal que tengan “quedantes”. Mi intención, porque creo que los jóvenes toman decisiones más inteligentes a partir de la comprensión que del miedo a sus padres, es compartirte un conjunto de puntos que quizás puedan serte de utilidad para platicar con tu adolescente sobre el tema. Y a partir de un diálogo en el que haya apertura y verdadera comprensión, logres hacer que él o ella considere que lo mejor para su vida no es iniciar un noviazgo en secundaria.
Así que te presento estos cuatro puntos que creo yo que todo padre de familia debería platicar con sus jóvenes de secundaria.
Primero, hazle ver a tu hijo que el adolescente es un ser humano que está en constante cambio. Esto significa que unos meses les gusta una cosa y otros meses cambian de gustos, por el simple hecho de que están encontrando su identidad. Prueban una cosa, prueban otra, piensan de un modo y luego del otro. A veces, en cuestión de semanas cambian conductas y opiniones de manera radical. Éste es un mecanismo que le ayuda al joven a encontrar quien es en verdad. Para muestras sólo hazle ver a tu hijo cómo son cambiantes muchas de las amistades en secundaria, y cómo es muy común que muchos piensen: “¿Serán verdaderos mis amigos?” Después de hacerle ver este punto, explícale que cuando juntas a dos jovencitos que están en ese proceso de encontrarse a sí mismos, es frecuente que un mes digan “Estoy enamorado, es la mujer perfecta”, y al cabo de pocos meses diga: “Qué le vi, no sé qué estaba pensando”. De ahí que la mayoría de los noviazgos en secundaria tienden a terminar en dolor y mucha tristeza.
Segundo, parte de la naturaleza del adolescente es su impulsividad. Como hemos visto en publicaciones anteriores, en la adolescencia las emociones se experimentan de manera muy intensa, lo que provoca que a menudo muchos digan cosas por impulso; sin pensar mayormente si lo que sale de su boca puede lastimar a los demás. Para probarle este punto a tu hijo, invítalo a ver lo que dicen sus compañeros en redes sociales. Invítalo a cuestionar si lo que comunica la mayoría de sus compañeros en redes es amable, respetuoso, honesto o responsable. Y después, hazle ver que una relación de pareja bonita en la que verdaderamente hay amor, requiere de todos esos elementos. Con lo anterior, ayúdale a darse cuenta que, a menudo en las relaciones de pareja de secundaria los jóvenes se lastiman mucho con las palabras y acciones impulsivas que toman.
Tercero, algunos jóvenes en secundaria solo tienen novio para saber qué se siente. A este tipo de noviazgo se le conoce como “noviazgo experimental”. Y todo aquél que decide tener novio sólo para ver que se siente, ni siquiera está realmente enamorado o siente amor por su novio, novia o “quedante”. Con esto le puedes decir a tu hijo: “Existen muchas más probabilidades que en secundaria tú te conviertas en el noviazgo experimental de alguien más, que en una persona verdaderamente especial para alguien”. Por eso, es común que, en secundaria, los jóvenes digan: “Y por qué me hace esto, si me dijo que me quería”. Al hablar de este punto tú le puedes preguntar a tu hijo: “¿Te gustaría ser el novio experimental de alguien más?”, “¿Cómo te gustaría que fuera tu primer noviazgo, que tú seas alguien verdaderamente especial para la otra persona, o que sólo te use para un experimento de su vida?”
Cuarto, algunos jóvenes, sobre todo los varones debido a la gran presión que existe en ellos para probar su masculinidad, deciden tener novia o quedante sólo para tener sus primeras experiencias sexuales. Y de nuevo, promueven las relaciones sin un amor o un respeto verdadero. En especial, este tipo de jóvenes tienden a decir muchas mentiras para conseguir estas primeras experiencias y por lo general las más lastimadas son las niñas. Enséñales a tus hijas todo lo que constantemente dicen los hombres para probar que verdaderamente son hombres en secundaria. Y cómo, en la adolescencia presionan a muchos jóvenes para forzar estos acercamientos que a menudo solo son sexuales, pero sin amor, sin verdadera conexión.
Estos son tan sólo cuatro puntos que te pueden ayudar para que tus hijos piensen si verdaderamente desean iniciar un noviazgo en secundaria, o les conviene quererse, llenarse de experiencias con amigos que les ayuden a definirse como personas, a divertirse. Y más adelante, con mayor seguridad sobre lo que quieren y desean, iniciar una relación de noviazgo llena de amor, respeto, compromiso, que se convierta en una de las memorias más bonitas de su vida. Espero que estas reflexiones te ayuden a formar jóvenes que más que tomar decisiones por temor a que tú te enojes, les ayuden a decidir por amor a su persona.