El gran regalo de tener papás que sepan utilizar con sus hijos la palabra no

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¿Habías pensado que al ponerle límites y decirle “no” a tus hijos cuando su comportamiento es injusto, irrespetuoso, irresponsable o deshonesto también les enseñas a tener al valor de decir que no cuando los demás actúan de la misma manera con ellos? Hace varios años, platicaba con una joven de tercero de secundaria quien había acudido a mi para pedirme consejo sobre su relación de noviazgo. Me contó de manera detallada la forma en la que su novio la trataba, y me describió con detalle una relación en la que muchas veces no había respeto. Tras escucharla y permitirle que expresara su tristeza le pregunté, “¿te das cuenta de que muchas veces él no te respeta?” “Si”, me contestó con voz baja. “Y, ¿cómo te sientes cuando él te invalida, te levanta la voz, te etiqueta o no te toma en cuenta?”, le pregunté. “Mal, me da vergüenza. Sobre todo, cuando lo hace frente a sus amigos”.

“¿Alguna vez le has dicho que no te gusta que te trate así, que para que en una relación haya cariño el respeto es indispensable?, y en una relación donde se procura el respeto, no hay gritos, ni insultos, ni invalidaciones, ni burlas.”, le expliqué.

Tras unos instantes de silencio me contestó, “es que yo no había pensado en eso. Pero además yo no quiero ser mala con él”, me explicó. “¿Cómo que no quieres ser mala con él?”, le pregunté. “

Si, no quiero ser la mala del cuento al estarle diciendo lo que no debe hacer “, me contestó con mucha seguridad.

“¿De dónde sacaste la idea que ponerle límites a tu novio, decirle que no cuando te trata de manera irrespetuosa significa ser la mala?”, le pregunté.

Y tras unos momentos de reflexión me contestó: “De mi mamá. Ella siempre le dice a mi papá lo que hacemos mal y casi no nos regaña, porque he escuchado que no quiere ser la mala del cuento”, me contestó con seguridad.

Después de mi pequeño interrogatorio, le expliqué a mi alumna de diferentes maneras el invaluable poder de la palabra no y de saber poner límites para elegir el tipo de relaciones que queremos tener.

Quisiera decirte que, con mi consejo, mi alumna aprendió a darse a respetar a partir de ese día. La realidad es que le tomó aproximadamente dos años más de su adolescencia aprender a tener el valor de poner límites cuando alguien la trataba sin amor y poder distinguir con mayor claridad las conductas que dañan cualquier relación.

Pero aquella experiencia me permitió ver con toda claridad que cada vez que yo le dijera que no a mis hijos cuando su comportamiento fuera irrespetuoso, irresponsable, deshonesto, grosero o injusto, JAMÁS SERÍA LA MALA DEL CUENTO. Al contrario, sería la mejor de las mamás porque les estaría enseñando a darse a respetar, y a reconocer lo que no es sano en una relación. Se puede decir que la palabra “No” utilizada con amor y poner límites es uno de los mejores regalos en la vida de nuestros hijos.

Si tú te creciste con la idea de que poner límites significa ser el malo del cuento hoy te invito a pensar diferente. Ser una mamá o un papá que tenga el valor de poner límites y decir “No”, es uno de los mejores regalos en la vida de tu hijo. Así que agrega a tu diccionario frases como “No hijo ese comportamiento no es respetuoso… No te puedo comprar lo que quieres en la tienda porque tengo que cuidar el presupuesto de la casa. Comprarte algo sin considerar las necesidades de los demás, no es justo… Si tu comportamiento no es responsable no puedo darte lo que me estás pidiendo, yo también merezco que me respetes y que cumplas con lo que te corresponde hacer en este equipo llamado familia… No es respetuoso que dejes tu cama destendida antes de ir a la escuela, la casa es de todos y dejar tu recámara desordenada es no considerar que el orden en la casa genera paz y tranquilidad… Creo que lo más justo es que si llegas a casa y encuentras comida servida, ayudes a recoger la mesa y laves tu plato”.

Y si tu hijo hace berrinche o llora mucho cuando utilizas con amor la palabra “No”, no te agobies es natural que los niños lloren. Su llanto sólo es reflejo del dolor que todos vivimos en muchos procesos de aprendizaje de la vida. Pero, así como algunas vacunas les duelen y de todas formas los llevamos al médico para protegerlos de las enfermedades. También tu palabra “No” utilizada con amor, en ocasiones duele, pero a la larga es un gran regalo que los protegerá mucho más de lo que te puedes imaginar.