Enseñarles a nuestros hijos a manejar su enojo con inteligencia, es una poderosa herramienta para que tengan relaciones interpersonales armoniosas. Para ello, es de gran ayuda hacerles ver la diferencia entre un enojo racional y uno irracional. El primero, cuando es bien manejado; sirve para remediar las injusticias. El segundo, en la medida en la que lo eliminamos de la vida de nuestros hijos se vuelven más responsables e inteligentes.
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE EL ENOJO RACIONAL E IRRACIONAL?
El irracional es cuando el enojo que sentimos proviene de una injusticia irreal. Por ejemplo: María se molestó porque en su equipo de trabajo, sus amigas no eligieron el color de cartulina que ella quería. El equipo sometió a votación qué color de cartulina utilizarían y por eso, se escogió un color distinto al que María deseaba. Por lo tanto, más que provenir de una injusticia real, el enojo de María surgió de un berrinche inmaduro. Acostumbrada a que sus papás hagan lo que ella dice cuando se enoja, María no se ha percatado que para trabajar en equipo deben ser tomadas en cuenta las opiniones de todos los integrantes y no sólo las de ella. La mayoría de los enojos irracionales son comúnmente conocidos como berrinches. En cambio, el enojo racional es cuando nos molestamos debido a una injusticia o falta de respeto real. Por ejemplo: “Mi amigo tiene el hábito de dejarme hablando… Mi mamá le dice a sus amigas lo que yo le confío… Mi amigo me mintió… Mi novio se burla de mí con sus amigos”. Cualquiera de estos casos, refleja injusticias o faltas de respeto que deben ser confrontadas con inteligencia.
Por lo anterior, cuando nuestros hijos sientan enojo, los padres que deseamos enseñarles a manejar esta emoción con inteligencia, debemos identificar si su enojo es racional o irracional. Si es irracional es necesario hacerles entender a nuestros hijos que en realidad no hemos actuado injustamente y que su enojo más que estar justificado es un berrinche infantil. Por ejemplo: Mi hija está enojada conmigo porque no le compro el iPod último modelo. Y el motivo por el cual no se lo he comprado es porque de acuerdo al presupuesto de mi casa, no tengo dinero para hacerlo. En este caso, el enojo de mi hija es irracional porque yo no estoy actuando injustamente. Por el contrario, estoy siendo congruente con las necesidades de la familia. En cambio, si mi hijo está enojado conmigo porque le platiqué a mi mejor amiga algo que él me pidió que no comentara, entonces su enojo es racional. En otras palabras, romper un contrato de discreción entre mi hijo y yo es actuar injustamente.
Enseñarles a nuestros hijos desde sus primeros años la diferencia entre el enojo racional e irracional, los hará más maduros y responsables y también eliminará muchos enojos inútiles que se viven diariamente en algunas familias.