“Quiero que mi hijo se levante por la mañana, se vista, desayune, se lave los dientes, y me pida que lo peine, para que a las siete treinta esté listo para salir a la escuela”. Todo lo anterior, sin que yo tenga que estarle rogando e insistiendo hasta que mi voz se convierta en gritos y amenazas. Aunque usted no lo crea, lograr esto es posible en la mayoría de los niños desde los seis años de edad. La clave para lograrlo, se encuentra en conocer cómo se desarrolla el sentido de responsabilidad, y la decisión de ser perseverantes y pacientes.
La palabra responsabilidad se puede definir como la habilidad para responder. Cuando desarrollamos el sentido de responsabilidad en el ser humano, es porque estamos desarrollando su capacidad para responder de acuerdo a su edad y su capacidad. Lo anterior, con el objetivo de que madure y salga adelante en la vida. Cuando nuestros hijos llegan a principios de primero de primaria, es tiempo de hacerles sentir que es su responsabilidad estar listos para ir a la escuela en la mañana. La clave está en hacerles sentir que es su responsabilidad que cumplan con lo que les corresponde. En la mayoría de los casos, esto incluye levantarse, vestirse, desayunar, lavarse los dientes, pedirle a un adulto que los peine, y tomar su mochila y su lonchera. Todo esto, antes de una hora determinada.
¿Cómo hacerle sentir a mi hijo que es su responsabilidad estar listo y a tiempo para la escuela?
PRIMER PASO: EL PROCESO DE REFLEXIÓN.
Comienza por explicarle a tu pequeño que tu familia es un grupo de personas que deben trabajar en equipo.
Puedes compartir con él el siguiente ejemplo: Imagina que hay un barco que tiene un capitán, un cocinero, un marinero encargado de la limpieza y dos marineros encargados de las velas. Para que ese barco pueda navegar sin problemas, las seis personas que lo tripulan necesitan trabajar en equipo. Y cada quién tiene sus responsabilidades. El capitan, por ser el más grande y el que tiene más experiencia es el que tiene que hacer más cosas para que el barco viaje por el mar sin contratiempos. El capitán, también tiene la responsabilidad de dirigir a los marineros. Pero, el capitán no puede hacer el trabajo por los marineros, porque entonces perderían el rumbo. Le puedes preguntar a tu hijo:
¿Qué crees que pasaría con el barco si el capitán se pone a cocinar en lugar de mover el timón y darle instrucciones a los marineros? ¿Qué crees que pasaría en el barco si el cocinero no hace la comida y se queda dormido?
Después de que te responda, te invito a continuar con la explicación:
En esta familia papá y mamá somos los capitanes del barco y tenemos muchas responsabilidades. Tenemos que asegurarnos que siempre haya comida, que la casa esté limpia, que tengamos luz, agua, teléfono, que los niños tengan ropa limpia, que los niños vayan a la escuela, y muchas cosas más.
¿Qué otras responsabilidades crees que tenemos que cumplir papá y mamá?
¿Qué pasaría si papá no cumpliera con la responsabilidad de ir a trabajar?
¿Qué crees que pasaría si mamá no cumpliera con la responsabilidad de ir a comprar la comida y tenerla lista para la hora que tú llegas de la escuela?
Tu vives tranquilo en esta casa porque papá y mamá cumplimos con nuestras responsabilidades. Conforme los niños como tú crecen, cada vez pueden lograr más cosas y es muy importante que también cumplan con su parte. ¿Qué crees es tu responsabilidad en la mañana?
Ante esta pregunta, permite que tu hijo aporte sus propias ideas, y a través de preguntas, guíalo para que termine diciéndote la lista de actividades que hay que hacer antes de ir a la escuela.
a) levantarse
b) vestirse
c) desayunar
d) lavarse los dientes
e) peinarse
Después, te sugiero hagas con él un conjunto de dibujos que representen estas actividades que tiene que hacer en la mañana. Los dibujos son especialmente importantes si tu hijo tiene entre 6 y 9 años de edad. Junto a los dibujos, ponle los horarios para que pueda ver si va en tiempo o va retrasado. EJEMPLO:
a) DIBUJO DE LEVANTARSE Y A UN LADO UN DIBUJO DE
RELOJ DIGITAL MARCANDO LAS 6:30
b) DIBUJO DE VESTIRSE Y A UN LADO UNA IMÁGEN DE UN
RELOJ DIGITAL MARCANDO LAS 6:40
c) DIBUJO DE DESAYUNAR Y A UN LADO UNA IMÁGEN DE
UN RELOJ DIGITAL MARCANDO LAS 7:00
OJO: Asegúrate de que existan relojes en puntos claves de tu casa, y también cómprale un reloj digital a tu niño. Recuerda que la percepción del tiempo es algo que se aprende con la práctica.
Una vez terminada la lista de dibujos coméntale: Hijo yo creo que de ahora en adelante ya puedo contar contigo para que sin que yo te diga nada, al escuchar el reloj despertador en la mañana, tú puedas cumplir con estas responsabilidades ¿Tú que piensas?
Por eso, a partir de mañana va a sonar este reloj despertador por la mañana, tú te vas a levantar con él, y yo con el mío y cada quien vamos a cumplir con nuestras responsabilidades. ¿Dónde quieres pegar estos dibujos?
SEGUNDO PASO: EL PROCESO DE APRENDIAJE A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA.
Este es el paso más difícil para muchos papás. Este consiste en dejar que nuestros hijos decidan en la mañana y se enfrenten a las consecuencia NATURALES de sus propias decisiones.
A la mañana siguiente, tu hijo se va a levantar con un reloj despertador que suene muuuuuy fuerte. Si lo quieres saludar, dile un buenos días cariñoso. Una vez que ya se haya levantado, le puedes comentar, ahora yo me voy a cumplir con lo que a mí me corresponde hacer en la mañana. Si quieres que yo te peine, nos vemos en el baño o en el tocador a las __________. Tú ya sabes lo que a ti te toca. Le das un abrazo y te retiras.
Es natural que el primer día tu hijo se tropiece con situaciones como las siguientes:
a) no alcanzó a desayunar
b) no alcanzó a peinarse
c) no alcanzó a lavarse los dientes
Para lograr que tu hijo aprenda de su experiencia y de sus propias decisiones, no le repitas ni una sola vez lo que tiene que hacer. Déjalo que decida y sobre todo que se tropiece desde que es pequeño. Es mejor enseñarlos a que aprendan de sus equivocaciones, a enseñarlos a que nunca se equivoquen.
Ahora te invito a reflexionar las posibles situaciones en caso de que tu hijo no lograra lo que se espera de él el primer día:
Si tu hijo no alcanza a desayunar, es la mejor consecuencia que puede vivir porque al ir a la escuela con el estómago vacío y sentir hambre, va a comprender a través de la experiencia, que él tiene que hacerse responsable de desayunar por la mañana. Si te preocupa lo que digan los maestros, habla con su maestra y coméntale que están poniendo en práctica el que tu hijo cumpla con sus responsabilidades de la mañana y que ese día, él está viviendo su consecuencia por su falta de organización.
Si tu hijo no alcanza a peinarse, lo mejor que le puede pasar es que le llamen la atención en la escuela. Sobre todo si está acostumbrado a irse bien peinado, se va a sentir incómodo ese día. Esa incomodidad le enseña a través de su experiencia que es su responsabilidad estar listo en la mañana.
Si tu hijo no se lavó los dientes, asegúrate que en la tarde viva una consecuencia por no ir con los dientes limpios a la escuela. Una consecuencia que resulta útil es que esa tarde no coma postre.
Recuerda que las consecuencias se ponen con calma y sin gritos. Como si fueran un resultado natural de las acciones de nuestros hijos.
Si tu hijo olvida su lonchera, también es una experiencia que le va a ayudar aprender de su falta de organización. Recuerda que en la escuela los compañeros comparten de lo que traen así que difícilmente se van a quedar sin comer toda la mañana. Más vale un niño hambriento una mañana que un hijo irresponsable en la adolescencia.
No importa con que tropiezo se encuentre tu hijo en la mañana, al dejarlo en la escuela, despídete de él con cariño y asegúrale que cada día que pase lo va a hacer mejor. Eso le hace ver que tú no te tomas personal sus equivocaciones y que es su responsabilidad aprender de sus equivocaciones. OJO: el hecho de que tu estés tranquilo no significa que tu hijo vaya a estar relajado. Al dejarles que se tropiecen con sus decisiones, ellos se angustian, se frustran y hasta lloran. Pero, ésa es la angustia que tienen que ir aprendiendo a resolver desde pequeños. Los sentimientos negativos como la culpa, la vergüenza y la tristeza, son poderosos maestros que nos enseñan en las experiencias de la vida.
TERCER PASO: EL PROCESO DE REFLEXIÓN
Este es el último paso que cierra todo el ciclo de aprendizaje para que tu hijo se sienta responsable por lo que a él le corresponde.
En la tarde, una vez que se hayan saludado con cariño y pasado un rato agradable pregúntale: ¿Hijo qué te faltó hacer en la mañana?, ¿Piensas hacer un cambio mañana por la mañana?
Si tuviste la suerte de que a la primera tu hijo lograra todo por sí solo, felicítalo y reconócele que gracias a lo que decidió en la mañana, salieron con calma, tranquilos y contentos a la escuela. También le puedes decir que te da gusto poder contar con un niño tan inteligente y responsable.
Por último, para lograr que tu hijo se sienta responsable de lo que tiene que hacer en la mañana para ir a la escuela, es indispensable tu PACIENCIA y PERSEVERANCIA porque la mayoría de las veces hay que repetir el proceso anterior un par de veces en el año. Especialmente si tu hijo está en los primeros grados de primaria. Sin la paciencia, fácilmente el tropiezo de nuestro hijo se convierte en un enojo nuestro. Sin la perseverancia, no repetiríamos el proceso más de una vez.