Dicen que si pudiéramos reducir las dos emociones que mueven al ser humano a actuar solamente nos encontraríamos con el amor y el miedo. Por ejemplo, cuando vamos corriendo en la mañana porque tenemos prisa, el miedo es la emoción que nos está impulsando a actuar. En cambio, cuando alguien se sienta a conversar con otra persona e intenta hacerle sentir bien, está siendo impulsado por amor.
A lo largo de muchos años de ser maestra, también he observado que algunos alumnos verdaderamente los motiva el amor por aprender y otros se sienten motivados a estudiar por miedo a que los castiguen sus papás. Quisiera decir que la mayoría de los alumnos que he tenido tras 23 años de ser maestra, han sido motivados por el amor. Pero la realidad es que durante varias generaciones he sido testigo de todo lo contrario. Muchos alumnos son un manojo de nervios en los exámenes porque viven con el miedo encendido en su mente y muchos al llegar a secundaria están llenos de miedos en su cabeza. ¿y si fallo?, ¿y si me equivoco?, ¿y si mi mamá se enoja?, ¿y si mi papá se decepciona? Pero lo que todo mundo debe saber es que muchas veces los mejores alumnos, los que realmente aprenden, son aquellos que verdaderamente han conectado con el amor por aprender, por superarse a sí mismos, por conectar con ello que les apasiona y les inspira, por disfrutar el aprendizaje. Es decir, en el proceso de ser maestros y padres de familia a todos nos conviene tener alumnos motivados por amor.
¿De dónde sacamos tantos miedos?, creo yo que es porque gran parte de los adultos de nuestra generación también fueron educados con una inmensa dieta de miedos, que incluye muchas conductas que se han hecho tan comunes que ni siquiera nos damos cuenta de donde vienen. Y si no las hacemos conscientes, nos seguiremos tropezando con la misma piedra de generación en generación. Promoviendo en nuestros hijos y alumnos más miedo por la escuela que amor por el aprendizaje.
De ahí que hoy quiero compartir contigo una tabla que hice hace muchos años para evaluar con frecuencia mi manejo de la disciplina como maestra y madre de familia. Te comparto que mientras más de mis acciones están apegadas a la columna del amor, más éxito tengo en mis clases y en mi entendimiento con mis hijos y mis alumnos. Ojalá que te sirva como apoyo. Porque creo que en el fondo, todos deseamos una generación de niños y jóvenes cuya motivación principal para hacer las cosas sea el amor por ellos y por las personas que los rodean y no el miedo.
EL MIEDO EL AMOR
Amenaza Explica el porqué de las cosas
Castiga Establece límites con claridad
Insulta Comenta con respeto lo negativo
Promueve las mentiras Habla con la verdad
Desconfía Promueve los lazos de confianza
No escucha Dialoga hasta comprender
Se cierra Entiende el punto del otro
Menosprecia Valora y reconoce lo positivo
Es impaciente Es paciente
Es controlador Permite que los demás tomen
sus decisiones y les permite
enfrentar sus consecuencias.