No sé si lo habías notado, pero las emociones son la energía que nos impulsa a actuar de diferentes maneras. Por ejemplo, cuando salimos corriendo al trabajo, la mayoría de las veces somos impulsados por el MIEDO a llegar tarde. En cambio, cuando nos tomamos el tiempo de hacerle un detalle especial a un ser querido, la energía que nos impulsa a actuar es el AMOR. Y aunque la experiencia y el sentido común nos dicen que es mejor vivir impulsados por las emociones positivas; hoy, gracias a los avances de la ciencia y la tecnología, que nos permiten conocer lo que sucede en el cuerpo y en el cerebro al experimentar las diferentes emociones, podemos afirmar con evidencia científica, que en la medida en la que nuestras acciones sean predominantemente motivadas por emociones positivas, incrementamos las posibilidades de vivir más años, evitar las adicciones, promover el equilibrio emocional y tener una mejor salud. Y es que, según la ciencia, mientras más tiempo pasemos conectados con sentimientos de alegría, cariño, inspiración, entusiasmo y gozo, más tiempo pasa nuestro cuerpo reparando nuestras células y funcionando en armonía. Tras más de diez años de investigar las emociones y de publicar diez libros que le enseñan a los niños y a los adolescentes a manejar sus emociones con inteligencia, puedo afirmar con toda seguridad que la emoción positiva que impulsa al ser humano a ser la mejor versión de sí mismo, a tener éxito y ser feliz, es el amor.
Para mí, como madre de familia, psicóloga y maestra, esto significa que quiero enseñar a mis hijos a mis alumnos y a las familias que pasan por mi consultorio, a qué los porqués de hacer las cosas deben estar fundamentados en el amor en lugar del miedo.
¿Qué significa esto?
Que si le explico a mis hijos que les conviene ir a la escuela, la explicación del porqué jamás sería: “Si no vas a la escuela no vas a tener éxito en la vida y vas a ser muy pobre, por eso tienes que levantarte en la mañana para ir a la escuela, si no me voy a enojar contigo”. En lugar de eso mejor le explico: “Amor, sabías que en la vida existen muchos caminos para aprender, servir a los demás y tener éxito. Uno de ellos es la escuela. A través de ella aprenderás muchas cosas, como convivir con otros compañeros, a ser tolerante a la imperfección de las personas, a esforzarte para aprender algo nuevo, a trabajar en equipo, entre cientos de conocimientos que muchos maestros te compartirán con amor. Quiero que sepas que la escuela no es perfecta, habrá días en los que levantarte por la mañana te cueste trabajo, en los que un amigo te va a mostrar su lado más oscuro, pero también las experiencias difíciles te pueden ayudar a crecer. El otro camino que existe para aprender a servir en la vida consiste en trabajar desde muy pequeño. Has visto algunos niños que están trabajando en la calle. Quiero que los veas siempre con gran respeto y cariño, pero que recuerdes que muchos de ellos están trabajando porque no tuvieron la suerte que tú has tenido, de tener unos papás que los mantengan mientras reciben una educación. Hijo, desde mi experiencia de vida, la escuela es uno de los caminos más seguros para tener éxito en la vida, y por eso tu papá y yo la hemos elegido para ti. Por eso me gustaría que la valores, te sientas afortunado de recibir el conocimiento y también la disfrutes. Pero si en algún momento de tu camino decidieras no ir a la escuela, sería natural que te pidiera que comiences a trabajar para cooperar con la casa y la familia. ¿Sería lo justo no crees? Tu papá y yo nos esforzamos para hacer de esta casa un lugar feliz, por lo tanto, mientras estudies, cuenta con todo nuestro apoyo económico, pero si tú decidieras dejar de estudiar lo justo sería que comenzaras a trabajar.
Esta es una de tantas explicaciones que le pueden ayudar al niño a darse cuenta del porqué de las cosas con amor. Tal vez te suene muy largo, o digas “yo no tengo estas palabras”, y la verdad te entiendo. Porque la mayoría de nosotros fuimos criados con frases que promovían nuestras acciones, principalmente a través del miedo. “Si no te portas bien te voy a dar con la chancla… Si no vas a la escuela, te voy a llevar al doctor para que te inyecte… Si te portas mal en la tienda te voy a llevar con el policía para que te lleve… Si te portas mal te va a comer el coco”, son tan sólo algunas frases con las que muchos de nosotros los padres de familia de hoy crecimos. Sé que, en el corto plazo, estos miedos hacen que los niños obedezcan rápido. Pero a la larga, dejan de funcionar, sólo almacenan miedos en el inconsciente de las personas y además provocan una relación en la que se promueven las mentiras y la manipulación.
Papá, mamá del siglo veintiuno, te invito a unirte a un movimiento de papás que motive a sus hijos a través del amor y no del miedo. Te invito a buscar explicaciones de las cosas, reglas y expectativas que hagan razonar a tus hijos, que les hagan entender que el porqué de las cosas siempre tiene que ver con que los amamos, con la importancia de que ellos se amen y se reconozcan como seres humanos valiosos.
Y si necesitas apoyo, y no sabes por donde comenzar, síguenos en esta página, cuyo objetivo principal es aportar información valiosa para promover el crecimiento de lazos de amor, cariño, mutua comprensión y buena comunicación. Así, pondremos nuestro granito de arena para hacer una comunidad de padres que trabajan en el desarrollo de niños y jóvenes que sepan manejar sus emociones con inteligencia, que estén motivados por amor y no por temor, que sepan dialogar en lugar de gritar, que sepan llegar a acuerdos. Porque si cada familia del mundo logramos que nuestros hijos descubran que el poder para ser felices está dentro de ellos, lograremos una generación de niños y jóvenes exitosos, felices y libres de adicciones.