“No quiero hablar con mi mamá, porque ella está muy enojada conmigo”, me decía un joven de quince años en una ocasión. “¿Y por qué crees que tu mamá está enojada contigo?”, le pregunté al joven. “Es que salí con mis amigos y no le pedí permiso. Pero no es para tanto, no tiene porqué ponerse a gritar como desesperada”, me dijo con un tono de frustración.
“¿Sabes?, el enojo es la emoción negativa que tiene la mayor capacidad de enmascarar otras emociones. Muchas veces detrás del enojo de los papás hay otros sentimientos escondidos. ¿Además del enojo que tu mamá sintió el viernes que saliste sin avisarle, qué otros sentimientos crees que ella experimentó?”, le pregunté.
Y tras una breve pausa, el joven me contestó: “Creo que detrás de su enojo ella se sintió asustada y preocupada porque no sabía dónde encontrarme.”
“¿Alguna vez te has sentido asustado o preocupado por alguien que quieres muchísimo, como tu mamá te quiere a ti?”, le pregunté. “Creo que sí, una vez mi papá no aparecía y me acuerdo que estaba muy asustado”, me dijo el joven.
“Entonces creo que ahora ya entendiste como se sintió tu mamá el viernes pasado, cuando te regañó”, Le dije.
“La verdad es que no lo había pensado, yo no quiero que mi mamá se sienta así”, contestó el joven cabizbajo.
“Eso es lo mejor de una relación en la que hay amor y cariño, nadie quiere hacer sentir mal a los demás, pero si nos dejamos llevar sólo por el enojo nos desconectamos del poder de ser compasivos y comprender a los demás. Tú acabas de conectar con el sentir de tu mamá. Ahora te falta identificar qué es lo que hay detrás de tu enojo cuando no quieres hablar con tu mamá”, le dije.
“Me parece que yo también me siento asustado y también triste. Me da tristeza que mi mamá me grité como lo hizo el fin de semana pasado, dice cosas muy hirientes”, me dijo el joven con seguridad.
“y ¿Alguna vez le has hablado de esos sentimientos que hay detrás de tu enojo como tu tristeza y tu miedo?”, le pregunté. “No, ni siquiera me había dado cuenta que estaban ahí”, me contestó. “Y, ¿crees que puedas hablar con ella de eso que sientes?”, le pregunté.
“Sería medio raro, porque nunca lo he hecho, pero por eso vine aquí. Para probar algo nuevo. Quiero entender más a mi mamá”.
Esta es una de tantas conversaciones que he tenido con muchos jóvenes que en ocasiones vienen a consulta confundidos por su enojo. La técnica consiste en ayudarles a identificar los sentimientos que hay detrás de su enojo. Y muchas veces, la comunicación con sus papás comienza a fluir en otro nivel. Pero no lo olvides, si tú quieres enseñar a tus hijos a manejar sus emociones con inteligencia, primero empieza con el ejemplo. Recuerda identificar los sentimientos que hay detrás de tu enojo.
