Dicen los grandes sabios de la humanidad que los momentos de silencio y soledad son indispensables para recibir los mensajes del alma. Esos mensajes que te invitan a vivir contactando con tu propósito de vida, que te hablan al oído recordándote cuál es la mejor versión de ti mismo, y que nos recuerdan que la razón más poderosa de la existencia humana es el amor que compartimos los unos con los otros.
Y tal vez, el tesoro escondido detrás del Coronavirus sea para muchos de nosotros un mensaje que nuestra alma tenía meses tratando de comunicarnos, pero que sin darnos cuenta, por las prisas y las presiones cotidianas no habíamos logrado escuchar. Para algunos el mensaje puede ser: “Ya no le dediques un día más a ese trabajo que detestas”. Para otros puede ser: “Si continúas ese tren de vida, vas a terminar muy enfermo.” O tal vez: “cuando vas a iniciar ese proyecto que tienes en pausa desde hace tiempo”, “creo que mis hijos necesitan más de mi compañía”, “es momento de aprender a comunicarme con mi pareja”, “necesito perdonar”, “necesito pedir perdón”. Sea cual sea el mensaje, si verdaderamente aprovechas este tiempo para escucharte, seguramente recibirás un regalo.
He tenido el privilegio el día de hoy de preguntarles a mis hijos acerca de los mensajes y aprendizajes que esta cuarentena les ha dejado, y debo decirte que me quedé sorprendida.
Por eso, te deseo que en estos tiempos de cuarentena, más que llenar tu mente de noticias falsas, y preocupaciones excesivas, aproveches los momentos de silencio para escuchar tu interior y recibir los mensajes que tal vez tu alma tiene mucho tiempo tratando de decirte.
Por último, te invito a compartir con tu pareja y tus hijos algunos de tus aprendizajes. Así ellos, a través de tu ejemplo, también aprenderán a escucharse.